Interim manager vs ejecutivos con contrato fijo

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Muchos dueños de negocios y altos directivos de todo tipo de empresas son noveles en el juego de contratar un interim manager o ejecutivo especializado en gestión interina.

A medida que la economía de plataformas ha cobrado impulso, más empresas recurren a recursos de nivel ejecutivo para iniciativas de crecimiento específicas o para ayudarlas a solucionar ineficiencias o problemas. Los interinos llegan por proyecto como contratistas, por lo que no se suman a los gastos generales permanentes de la compañía.

Debido a que la mayoría de las empresas nunca han realizado un contrato para un interino, recurren a lo que conocen y les funcionó en el pasado. Es decir, la clásica búsqueda, selección y contratación a tiempo completo de un perfil ejecutivo. Sin embargo, la gestión provisional y el empleo permanente son dos mundos completamente diferentes.

Los interinos o interim manager son agentes de cambio. Solucionadores de problemas. Los ejecutivos eligen esta carrera porque aman un buen desafío. Además, se han ido haciendo un nombre dentro del mercado laboral al colaborar con organizaciones en las que se necesita desesperadamente una perspectiva externa. El interim manager no busca un trabajo a tiempo completo, porque en lugar de dedicar su carrera a una única organización, le encanta posicionar una empresa tras otra para ser mejores.

Por qué prima el interim manager frente a los ejecutivos con contrato fijo

Son muchos los motivos por los que las empresas prefieren a un interim manager frente a un ejecutivo permanente, pero algunas de las más comunes son las siguientes:

1. Establece una hoja de ruta para el futuro

Muchas veces, el ejecutivo a tiempo completo que necesita la empresa para seguir adelante a largo plazo no coincide con el rol que se debe desempeñar en distintos hitos del negocio. Estos puntos pueden ser momentos de cambio y transformación (bien por un cambio en la marca, el servicio tecnológico o los sistemas empleados) o producirse a la hora de idear nuevos productos o mercados de actuación. Y esto lo lograr el perfil de interim manager.

Algunas compañías luchan contra el cambio, manteniéndose fijos en la idea de que su nombre y legado les permitirán seguir triunfando en el futuro. Por desgracia, ese no siempre es un plan infalible y grandes empresas han caído por estancarse en él.

Para las empresas que reconocen que la reinvención y la innovación son esenciales para satisfacer las demandas cambiantes del mercado y un cliente más sofisticado en un mundo impulsado por la tecnología, el interim manager les ayudará a diseñar la hoja de ruta para el futuro, poner un plan en acción y entregar claves para el equipo, a largo plazo, pueda seguir construyendo sobre ese éxito.

2. El ejecutivo fijo tiene los días contados

Imagina que un CEO abandona repentinamente la empresa. A veces es por elección, a veces se le pide al ejecutivo que se vaya por un rendimiento inferior o un lapso ético. La moral empresarial podría recibir un gran golpe.

Sin un líder sólido que describa a dónde debe ir la compañía, los empleados se cuestionarán a sí mismos y a todo lo que los rodea: ¿seguiré teniendo trabajo? ¿Debería empezar a buscar en otro lado? La junta se lanza a una búsqueda a tiempo completo de un nuevo líder, pero podría resultar altamente perjudicial pasar de seis a nueve meses sin un buen ejecutivo que haga avanzar a la compañía.

En cambio, si interviene un interim manager para estabilizar la situación, volverá a colocar a la compañía en un camino sólido y seguro. Esta es la fuerza de la gestión provisional. En estos casos, un interim manager brinda consuelo a la organización, asegurando que todos sean escuchados. Tienen tiempo para escuchar a los gerentes y empleados para comprender qué es lo que les preocupa y qué no funciona, y proporcionar una evaluación objetiva de la organización.

Por lo general, en un plazo de entre 30 y 60 días, el ejecutivo especializado en gestión interina ofrece una hoja de ruta operativa, que describe un plan de acción para mantener operativa la organización y define el tipo de ejecutivo a tiempo completo que necesita ser contratado (que puede ser muy diferente del ejecutivo anterior a tiempo completo).

3. Sistemas basados en proyectos y mejora de procesos

Por lo general, cuando una empresa está creciendo rápidamente, son muchas cosas las que entran en juego. La tecnología, las operaciones y los informes financieros funcionan por un tiempo, pero cuando una empresa alcanza un cierto punto de inflexión, las cosas comienzan a deteriorarse. Es posible que ciertas divisiones no funcionen tan bien como podrían, y la nueva perspectiva proporcionada por la administración interina puede hacer maravillas.

En estos casos, el perfil de interim manager se presentan para servir junto al equipo de gestión a tiempo completo u orientarlo. El interim manager se convoca como una extensión del equipo de gestión permanente, y una vez que se completa el proyecto, desaparecen de escena. El ejecutivo interino, a diferencia de una consultoría, está presente a la hora de implementar el plan de actuación.

4. Preparación de las ventas

Una compañía que ha estado creciendo rápidamente podría llevar a pensar a los dueños que es hora de venderla. En muchos casos, se contratan los servicios de un banco de inversión para tantear a compradores potenciales, pero a menos que el equipo administrativo del negocio haya pasado por el proceso del acuerdo, el liderazgo adicional puede proporcionar lo que se necesita para completar una venta exitosa.

Un CFO interino, por ejemplo, puede preparar las finanzas para una presentación más rigurosa, crear una proforma para mostrar un futuro sólido para la empresa, maximizar el valor de la propiedad intelectual y asegurarse de que todo esté preparado para un proceso de diligencia sin problemas que conduzca al cierre. Los fondos de capital privado no son inmunes. A veces, la gestión provisional marca la diferencia para que el equipo de gestión de una empresa de cartera complete la venta o tenga que retroceder, mejorar las operaciones y volver a intentarlo de nuevo.

5. Descubrir qué es lo que falla

No todo es un camino de rosas cuando se consulta a un interim manager. Se disparan las alertas si se producen menores ingresos, se pierden clientes, los empleados no están satisfechos o hay luchas internas entre la junta y el equipo de administración. Es posible que el problema completo no sea visible en la superficie, por lo que se deben realizar pasos intermedios para diagnosticar el problema y proporcionar la solución. Un estudio profundo de las personas, los procesos y las finanzas generalmente ayudan a que la empresa vuelva al buen camino y confíe en su nuevo curso.

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