La importancia de la gestión de la diversidad

La gestión de la diversidad ha sido, desde siempre, uno de los grandes retos de la gestión de los equipos en Recursos Humanos., entendiendo diversidad en su acepción más amplia: desde los diferentes perfiles generacionales (jóvenes y profesionales más expertos), a la diversidad que imprime una plantilla internacionalizada (diferentes culturas y religiones) o la que se genera por disponer de perfiles profesionales muy diversos, que abarcan una formación y experiencia muy amplia y diferenciada entre ellos. Precisamente, en el sector de la hostelería, esta última es una de las que genera retos, pero a mi entender, también más oportunidades.

Todos sabemos ya que las cadenas de hoteles y restaurantes cuentan en sus plantillas con perfiles profesionales muy variados: desde altos directivos con la más alta de las formaciones, hasta mandos intermedios y también aquellos trabajadores con poca formación pero que tienen el contacto directo con el cliente y que realizan las funciones más básicas del establecimiento. No debemos olvidar nunca que cada perfil es necesario para que el engranaje del negocio funcione correctamente. Si una pieza falla, todo el sistema fallará y el cliente no se irá satisfecho ni repetirá, que al final, es el objetivo principal del negocio.

Es por eso que, las áreas de gestión de personas de este sector tenemos en nuestras manos un gran reto: el saber gestionar esa diversidad de perfiles profesionales para que cada uno de ellos pueda dar lo mejor de si mismo. Deberemos, en primera instancia, ser conscientes de dicha diversidad, verla como un valor positivo y hacer llegar a cada uno de esos trabajadores esa visión. Hacer entender a todo el mundo esa idea que aportábamos al principio del artículo: todos y cada uno de ellos son importantes para la buena marcha del negocio. Todos participan del proyecto de empresa y son fundamentales para que consigamos el éxito. Y todos, desde su puesto de trabajo, pueden aportar unos conocimientos que pueden hacer mejorar al negocio.

A partir de ahí, será importante desarrollar planes de acción -y formación- para dicha multitud de perfiles y poder fomentar, así, un clima laboral óptimo en el que nadie se sienta rechazado ni menospreciado. Todos deben tener a su alcance planes de formación que les permitan mejorar sus habilidades y capacidades, ofrecer a todos oportunidades para el desarrollo de su carrera y poder tener su espacio para ser escuchados.

Y, evidentemente, tampoco podremos olvidarnos de la diversidad que nos generan las plantillas donde existen personas de diferentes nacionalidades, edades o sexos. En la diversidad está la riqueza, siempre que sepamos verla y gestionarla desde un prisma positivo.

Bernardo Amor, Product Manager Housekeeping de Adecco Outsourcing

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