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La resiliencia es una de esas palabras que suele estar en boca de todos últimamente. Es una habilidad que tiene una gran demanda y es fácil ver por qué. Las personas resilientes pueden recuperarse emocional y mentalmente del cambio más rápido que otras. Son capaces de capear la tormenta, por así decirlo, sin dejar que la negatividad se apodere de ellos. Eso es especialmente útil cuando se trata de lidiar con el estrés, algo a lo que debemos enfrentarnos en este momento, y lidiar con lo inesperado. Dada nuestra situación actual, está claro por qué cualquier empresa querría esta habilidad en su fuerza laboral, pero ¿cómo lograr que la fuerza laboral tenga resiliencia?

Qué es la resiliencia

A pesar de lo que la gente pueda pensar, la resiliencia no es algo con lo que nacemos. Es una habilidad que se puede desarrollar. Algunas personas pueden comenzar siendo más resistentes que otras, pero realmente todo se reduce a cómo nos las arreglamos y nos movemos por el mundo, incluso bajo estrés. Un buen lugar para comenzar a pensar en la resiliencia y cómo construirla es examinar los 3 tipos de relaciones básicas:

  • La relación contigo mismo: ¿Cómo manejas tus propias emociones? ¿Tienes confianza o te abrumas con facilidad?
  • Tu relación con los demás: ¿Conectas con el equipo? ¿Te sientes solo o como si tuvieras gente de tu lado?
  • Tu relación con el resto del mundo: ¿Cómo estás manejando los eventos mundiales y el impacto que pueden tener en ti?

Pensar en la resiliencia de esta manera te ayuda a identificar las áreas en las que puedes necesitar trabajar de manera más directa, así como a ver cuán interconectada está con cada área de la vida. Es especialmente importante para nuestra salud mental y nuestro bienestar, ya que la resiliencia es nuestro escudo cuando surgen circunstancias no planificadas. Todos tenemos diferentes mecanismos de defensa, por supuesto, pero la forma en que los usemos puede marcar la diferencia frente a la adversidad. Exploremos algunas formas en que los gerentes o los profesionales de recursos humanos pueden ayudar a la fuerza laboral a desarrollar estas habilidades. 

Formas de desarrollar la resiliencia

Desarrollar la resiliencia no sucederá de la noche a la mañana. Como cualquier habilidad, los empleados deben tener la oportunidad y las herramientas para desarrollar la habilidad adecuadamente. También es importante tener en cuenta que es más fácil enseñar a los empleados sobre las habilidades de resiliencia antes de que las necesiten, en lugar de durante una crisis. Dada la naturaleza y el estrés de la pandemia de COVID-19, enseñar habilidades de resiliencia a personas que ya luchan con la incertidumbre puede ser un desafío mayor de lo habitual. Pero al mismo tiempo, es una habilidad que podría tener un impacto real en múltiples áreas de la vida de los empleados. 

Un plan a largo plazo

Al pensar en la resiliencia, es importante adoptar un enfoque a largo plazo. La resiliencia no se trata de victorias rápidas, sino de rendimiento sostenido. Fomentar las pasiones de los empleados y ayudarlos a expandir sus habilidades en áreas que les interesan puede alentarlos a buscar desafíos y lograr un impacto. También puede ayudar a fortalecer las relaciones interpersonales y construir una base de aprendizaje en la cultura de la empresa. Pensar en el futuro ayuda a los empleados a ver más allá de la crisis actual hacia dónde se dirige la empresa. Poder ver la luz al final del túnel ayuda a los trabajadores a llegar antes. 

Priorizar la capacitación y el desarrollo

Si se desea que el equipo sea resistente, hay que darles espacio para aprender y crecer. El entrenamiento en resiliencia puede ocurrir de varias formas, desde talleres hasta actividades de formación de equipos. La idea es aumentar tu percepción personal sobre cómo navegas por el mundo que te rodea y lo que podrías estar haciendo que te deje vulnerable a pensamientos o emociones negativas. También se puede considerar aprovechar una evaluación de autodesarrollo que puede ser una forma rápida pero poderosa de obtener información sobre las propias fortalezas y debilidades. Una vez que se tenga una mejor comprensión de uno mismo, se puede identificar áreas en las que trabajar para ayudar a fortalecer la capacidad de recuperación. 

Valorar las relaciones

Como ya se ha dicho anteriormente, la resiliencia se trata de cómo equilibras tus relaciones contigo mismo y con los demás. No todos trabajan bien juntos desde el principio, por ejemplo, pero parte de ser una fuerza laboral resiliente es la capacidad de recuperarse. Fortalecer esos vínculos entre los empleados es fundamental. Los empleados que se sienten apoyados por su equipo o quienes los rodean tienen más probabilidades de pedir ayuda cuando la necesitan. También es más probable que compartan su próxima gran idea. Se debe dedicar tiempo a asegurarse de que el equipo confíe el uno en el otro y lo más probable es que se apoyen entre sí cuando los tiempos sean difíciles. 

Construir una cultura saludable

Si la cultura del equipo trata de ser más fuertes juntos que separados, entonces la cultura de la empresa debe coincidir con esos ideales. Es más efectivo intentar construir resiliencia directamente en el núcleo de la cultura de una empresa. Esto se remonta a ese enfoque a largo plazo para pensar en lo que necesita una empresa. Es genial capacitar a los empleados para enfrentar la crisis actual, pero ¿qué tal capacitarlos para enfrentar también las futuras? Las culturas que apoyan y recompensan el comportamiento resiliente tienen más posibilidades de resistir porque tienen un grupo comprometido de personas que pueden deshacerse de lo negativo en lugar de centrarse en ello. Hay que abrazar la resiliencia como cultura, animar a los empleados a hacer pregunta, compartir las malas noticias con honestidad y mantener la calma en tiempos de cambio. Se debe ofrecer apoyo donde sea necesario y agradecer la ayuda prestada. Hacer esto de manera constante ayudará a crear una cultura más sólida.

Líderes involucrados

La construcción de un lugar de trabajo saludable implica que los líderes se involucren. La resiliencia del aprendizaje no es solo una habilidad de los empleados. Gerentes y ejecutivos pueden beneficiarse de la construcción de esta habilidad tanto como cualquier otra persona. De hecho, cuando el liderazgo se involucra, todo es más efectivo. Liderar con el ejemplo es una forma poderosa de enseñar y los empleados que ven un modelo de cómo se ve la resiliencia efectiva tienen más probabilidades de poder imitarlo. Sin mencionar que cuando incorporas a tu equipo senior, es más fácil integrar la resiliencia en diferentes áreas de la empresa. 

La resiliencia es una habilidad que necesitamos todos

La capacidad de navegar en un mundo cambiante sin sentirse abrumado es algo que será importante durante mucho tiempo. Si tu empresa ya ha valorado la capacitación en resiliencia y la vincula a su cultura empresarial, felicidades, estáis un paso por delante. Pero si aún no es así, es el momento de comenzar. 

El objetivo debe ser crear una empresa o una estructura de equipo en la que se recompense el fomento de la resiliencia y el apoyo a los compañeros sea una segunda naturaleza. Al fin y al cabo, todos lidiamos con el estrés, incluso si lo enfrentamos de manera diferente. Saber que tienes apoyo si lo necesitas te ayuda a mantener la calma y pensar en las situaciones de manera más objetiva cuando surjan. Trabajar en un entorno saludable y positivo también puede mejorar el bienestar, la salud mental, las relaciones interpersonales, y fortalece los equipos. Así que no dejes que la resistencia sea una habilidad al azar entre los empleados. Desarrollar una fuerza laboral resiliente no solo te ayudará a lidiar con la incertidumbre de hoy, sino también a enfrentar los desafíos del mañana.

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