Cuatro de cada diez empleos ganados en los últimos doce meses fueron de carácter fijo-discontinuo. Esa es la consecuencia más visible de la última reforma laboral, que ha provocado el protagonismo de esa forma de contratación en detrimento de los contratos temporales.
El cuadro general ha sido similar al de los meses anteriores: suben los contratos indefinidos (+122% interanual, con la firma de 291.600 contratos, aunque tienen a moderarse; en junio pasado crecían a un ritmo del 353%) porque se disparan los fijos-discontinuos (se multiplicaron por 6,5 hasta 174.000; estos contratos son aquellos en los que el empleado tiene una relación indefinida con el empleador, aunque solo trabaje en determinados períodos del año). Mientas, la firma de contratos temporales cayó a la mitad (-50,6% interanual en enero, hasta 670.400 contratos).
Pese a su gran crecimiento interanual, los contratos fijos-discontinuos también tienden a moderar su ritmo de avance: en abril último llegaron a multiplicarse casi por 14 con relación a un año antes. De hecho, la firma de contratos fijos-discontinuos fue, proporcionalmente, la segunda más baja desde abril pasado (cuando se puso en marcha de la última reforma laboral, que asignó un nuevo rol a estos contratos en detrimento de los temporales). Así, en enero equivalieron al 14,5% del total de contratos firmados, que se compara, por ejemplo, con 17% en octubre. Un año antes, en enero de 2022, fueron el 1,7% del total.
Los contratos indefinidos fueron el 44,2% del total, una proporción que es tres veces mayor que la de hace un año (15%), como consecuencia del nuevo papel que la legislación laboral otorga a los contratos fijos discontinuos. Los contratos para empleos de jornada completa (tanto fijos como temporales) equivalieron al 58,5% del total, una proporción sensiblemente menor que la de hace un año (69%). Las mujeres firmaron el 45,5% de todos los contratos, porcentaje superior al de un año atrás (44,7%).
La rotación entre los contratados de forma inde-finida se mantiene en niveles elevados. En 2021, de media, se firmaron 1,38 contratos temporales por cada persona contratada de ese modo. Al mismo tiempo, se firmaron 1,01 contratos fijos por cada contratado de manera indefinida. En enero pasado, se firmaron 1,33 contratos por cada contratado de forma temporal (es decir, hubo una ligera reducción de la rotación entre los temporales), pero al precio de aumentarla entre los “fijos”, que firmaron 1,08 contratos. Si nos restringimos a los contratos indefinidos que no son de tiempo completo, la rotación aumentó más, hasta 1,15 en enero, que es el máximo de la serie histórica.
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