Por cuarto año consecutivo y, comprometidos con el tejido empresarial de nuestro país, en Adecco Outsourcing lanzan su IV Barómetro sobre Productividad y Eficiencia. Un estudio avalado por directivos de compañías de distintos tamaños que operan en los sectores más relevantes de nuestra economía. Un informe muy bien acogido por el tejido empresarial de nuestro país.
En este barómetro se recogen las conclusiones sobre los aspectos más relevantes que condicionan el nivel de productividad de una importante muestra de empresas.
Con relación al IV Barómetro Adecco Outsourcing sobre productividad y eficiencia, Javier Blasco, señala:
En los últimos años, el mercado laboral español ha mostrado avances en términos de crecimiento en la
afiliación y reducción del desempleo, pero la productividad sigue siendo un desafío importante. A pesar
de que las previsiones del Banco de España indican un crecimiento moderado del PIB en los próximos
años, con un 2,6% en 2025, la productividad laboral en España continúa estando por debajo de la media
europea. Este estancamiento, sumado al aumento del absentismo laboral, pone de manifiesto las
carencias estructurales que debemos abordar para mantener la competitividad y fomentar un
crecimiento económico sostenible.
La productividad por hora trabajada en España, según Eurostat, se sitúa en un 97%, un porcentaje
inferior al promedio de la Unión Europea (100%), con economías como Alemania o Italia superando a
España. Este desfase pone de manifiesto que, a pesar de que España ha aumentado su número de
trabajadores, la eficiencia en términos de producción por hora sigue siendo insuficiente. De hecho, las
proyecciones del Banco de España apuntan a un estancamiento en la productividad durante los
próximos tres años, con incrementos anuales muy moderados, lo que refleja una ralentización respecto
a las últimas dos décadas.
Este estancamiento podría estar relacionado con la falta de inversión en sectores clave como la
investigación y el desarrollo, el capital humano, la digitalización y la innovación. Sin estos elementos fundamentales es difícil que la productividad crezca de forma sostenible y que España logre cerrar la brecha con otras economías avanzadas. En este sentido, las políticas a largo plazo son esenciales para garantizar que el crecimiento de la productividad sea duradero y que las empresas puedan competir en el mercado global.
El absentismo laboral ha sido otra de las señales de alerta que afectan a la productividad. Según el
Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de absentismo en España alcanzó el 7% de las horas
pactadas efectivas en el tercer trimestre de 2023, un incremento significativo en comparación con años
anteriores. Este fenómeno, que afecta a las empresas en términos de rendimiento y competitividad, no
solo responde a factores de salud, sino también a la falta de motivación y bienestar en el entorno laboral.
El absentismo se convierte en un obstáculo importante para la productividad, ya que impide que los
equipos funcionen de manera eficiente y que las empresas puedan cumplir con sus objetivos. En este
sentido, es crucial invertir en políticas que promuevan el bienestar de los empleados, ya que un entorno laboral saludable, flexible y motivador tiene un impacto directo en la reducción de las ausencias y en el aumento del rendimiento.
Las organizaciones que invierten en la salud física y mental de sus empleados, que promueven una
cultura de trabajo inclusiva y que diseñan espacios laborales adecuados, son más productivas y logran
una mayor retención de talento. En lugar de centrarse solo en la cantidad de horas trabajadas, las
empresas deben enfocarse en cómo optimizar la eficiencia y el rendimiento de sus equipos, lo que se
logra mediante un equilibrio entre el trabajo y la vida personal, la flexibilidad laboral y la capacitación continua.
Es fundamental que las empresas adopten nuevas tecnologías y enfoquen su estrategia en la
digitalización de los procesos. La automatización y la implementación de soluciones digitales no solo
aumentan la eficiencia operativa, sino que también mejoran la experiencia del empleado, permitiendo
que se concentren en tareas de mayor valor añadido. Además, la digitalización permite una mejor
gestión del tiempo y la creación de un entorno más colaborativo, lo que favorece la productividad y
reduce el estrés laboral.
Por otra parte, las soluciones para mejorar la productividad en España pasan asimismo por políticas
públicas a largo plazo que se enfoquen en la economía del conocimiento, la innovación y la inversión en
capital humano. Según FEDEA, las políticas orientadas a la investigación y el desarrollo tecnológico, la mejora de la formación y la calidad del sistema educativo, y el impulso de las profesiones STEM son
esenciales para el crecimiento productivo del país.
La inversión en capital humano debe ser otra prioridad, no solo a través de la mejora de la formación y
la capacitación de los trabajadores, sino también mediante la creación de un entorno que favorezca la
transferencia de conocimiento entre universidades, empresas y organismos públicos. Además, es
importante que se fomente la digitalización y la innovación en los sectores productivos más competitivos, especialmente aquellos con mayor intensidad tecnológica.
Es clave también que las políticas económicas y laborales estén alineadas con las tendencias globales,
promoviendo el comercio internacional, la inversión extranjera y el desarrollo de un marco regulador que favorezca la competitividad. Las reformas deben estar orientadas a mejorar la eficiencia del mercado laboral, incentivando la formación continua y reduciendo la dualidad laboral, promoviendo la integración activa de los desempleados en el mercado de trabajo y adaptando los sistemas de intermediación laboral.
El futuro de la productividad en España depende de un enfoque integral que no solo tenga en cuenta la
cantidad de trabajo realizado, sino también la calidad y la eficiencia de ese trabajo. Para ello, es
necesario adoptar un modelo económico basado en la innovación, la digitalización y la formación
continua, que permita mejorar la competitividad de las empresas y fomentar un entorno laboral saludable y motivador.
Así, el reto de mejorar la productividad no se limita a un aspecto económico, sino que abarca una
dimensión social. La creación de un mercado de trabajo más equitativo, la reducción del absentismo y el
fomento del bienestar laboral son factores que debemos tener en cuenta para asegurar un crecimiento
sostenible y una mejora de la competitividad a largo plazo.
Con políticas públicas que apunten a la inversión productiva, la mejora del capital humano y la
digitalización, y un enfoque en el bienestar de las plantillas, España puede cerrar la brecha de
productividad con los países más avanzados, generando un círculo virtuoso que beneficie tanto a las
empresas como a la sociedad en su conjunto.
Amplía la información descargándote el IV Barómetro Adecco Outsourcing sobre productividad y eficiencia.
Javier Blasco de Luna
Director, The Adecco Group Institute
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