Desde el comienzo de la pandemia hemos escuchado que trabajo remoto es la “nueva normalidad“. Y hasta cierto punto, sigue siendo cierto. Pero incluso después de dos años de la nueva normalidad, siguen apareciendo algunos mitos sobre el trabajo remoto que no son muy justos.
5 mitos del trabajo remoto
Mito 1: El trabajo remoto es menos productivo
Incluso cuando la salud pública y la seguridad hicieron necesario el trabajo remoto para la mayoría de las empresas en cuestión de días, la principal vacilación fue que los empleados serían menos productivos. Los gerentes no podrían supervisar sus informes de manera tan eficiente y costaría mantener a los empleados concentrados en sus tareas sin las rutinas y los espacios habituales de la oficina. Los gerentes temían que, al operar en remoto, los empleados no trabajasen en absoluto y que hubiera menos control sobre el trabajo realizado.
En realidad, la mayoría de las personas que trabajaban de forma remota resultaron estar trabajando más duro que en la oficina, en muchos casos. Es fácil pasar por alto que la jornada laboral en persona tiene mucho tiempo de inactividad incorporado: desplazamientos, descansos, almuerzos, etc. Las personas que trabajan desde casa tienden a iniciar sesión más temprano y trabajar hasta más tarde, y muchos trabajadores indican que se concentran más y mejor, siendo así más eficientes.
Una encuesta realizada por CoSo Cloud encontró que el 77% de los encuestados eran más productivos cuando trabajaban fuera de la oficina, y el 54% lograba más en la misma cantidad de tiempo o incluso lo hacían más rápido. Además, el 52% tenía menos probabilidades de tomarse un tiempo libre cuando trabajaba de forma remota, incluso si estaba enfermo. Sin duda, no es la imagen del empleado holgazán o distraído que temían los empleadores.
La rendición de cuentas, los estándares claros y los controles frecuentes pueden ayudar a las empresas a disipar los temores de improductividad, en lugar de reducir la flexibilidad de los puestos laborales. Evaluar a los empleados sobre la calidad del trabajo, en lugar de si se sentaron en un escritorio de 9 a 5, ayuda en general a formar una relación empleador-empleado más productiva.
Mito 2: La mayoría de los trabajos no pueden realizarse de forma remota
La plantilla comenzó bastante temprano en este caso cuando descubrimos en cuestión de semanas que muchos trabajos (particularmente los de oficina) se podían realizar con bastante facilidad a través de correo electrónico, videoconferencias y algún que otro aporte de IT. Algunos trabajos nunca serán factibles en remoto, como los trabajadores esenciales en las industrias de servicios, atención médica o venta minorista. Sin embargo, los elementos “en persona” de muchos roles ya eran factibles con diferentes formatos de reunión o colaboración. Simplemente no nos dimos cuenta de ello hasta que todos recibimos un curso intensivo sobre el empleo de Zoom.
Y ahora que las personas entienden cuánto pueden lograr de forma remota, es cada vez más difícil para las empresas ignorar el hecho e insistir en que el trabajo que se ha realizado durante los últimos dos años no es factible en el futuro.
Mito 3: El trabajo remoto acaba con la cultura empresarial
Como cualquier otro tipo de cultura, la cultura de la empresa es lo que tú haces de ella. Cambiar de una oficina tradicional a acuerdos de trabajo flexibles cambia una cultura, sin duda. Pero eso es un desafío, no una sentencia de muerte. Sigues siendo un equipo; mantenerlo solo se traduce en encontrar nuevas formas de fomentar la colaboración y un sentido de comunidad. Horas felices virtuales, tutoría, fiestas navideñas, incluso clases de ejercicios: todavía hay posibilidades para que las personas se liberen un poco y hagan vínculos con colegas, incluso si no están en la misma habitación. Además, esos ejercicios de creación de equipos tontos pero divertidos son tan fáciles de hacer en video como en persona.
Mito 4: Los compañeros de trabajo no conectan al operar en remoto
Cualquiera que haya usado una app de citas puede asegurar que es posible conectar con alguien de manera digital. Por supuesto, los empleados remotos nunca podrán comer juntos o charlar junto a la máquina de café. Sin embargo, existen formas de conectar, como fomentar los chats de café por video o la creación de redes. Los encuentros y saludos para los nuevos empleados también se pueden hacer virtualmente, para ayudar a los novatos a conocer a sus equipos.
Las empresas ya han invertido en herramientas de colaboración como Slack o Teams y, por lo tanto, ya han desarrollado las herramientas que necesitan para asegurarse de que los colegas conecten, incluso si no tienen el mismo tipo de reuniones o encuentros casuales que podrían ocurrir en la oficina.
Mito 5: El trabajo a distancia conlleva menor innovación
Debido a que el trabajo remoto y flexible comenzó tan abruptamente en un momento tan incierto, tenía un poco de ambiente de “superemos esto”. Eso llevó a la percepción de que el trabajo remoto es un recurso provisional, y no el formato real para fomentar la creatividad o la innovación. En realidad, colocar a las personas en diferentes espacios de trabajo y ajustar tanto sus perspectivas como su forma de trabajar tiene el efecto contrario. Siendo realistas, es el entorno de la oficina, con su uniformidad diseñada, lo que tiende a sofocar cualquier idea radical.
Cuando las personas se sienten cómodas y les gusta tener un poco de espacio, se libera más energía para pensar de manera diferente y encontrar nuevas formas de hacer las cosas. Las mismas viejas sesiones de lluvia de ideas en las mismas salas de conferencias de siempre no necesariamente alimentan la innovación que nos convencimos a nosotros mismos que hicieron.
Estos mitos del trabajo remoto tienden a reflejar las ansiedades e incertidumbres que sentimos sobre la vida laboral en general, tanto de los empleadores como de los empleados. Todo el mundo quiere hacerlo lo mejor posible y que el trabajo salga adelante, pero aferrarse a teorías obsoletas (y en algunos casos, refutadas) sobre arreglos de trabajo flexibles no ayuda a nadie a avanzar.