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Antes de animarte a que respondas a esta pregunta quiero introducir a un personaje que aparece en el universo de El Señor de los anillos, se trata de un personaje siniestro que deseaba por encima de cualquier cosa poseer el Anillo tras haberlo perdido. ¿Sabes a quién me estoy refiriendo?, ¡Sí, correcto! Se trata del Gollum, una criatura que refleja muchos de los miedos, los desequilibrios y las miserias humanas que habitan en cada uno de nosotros. Para el Gollum el Anillo era su “tesoro”, su bien más preciado, lo que daba sentido a su vida y al perderlo se trastornó aún más obligándose a hacer todo lo posible para recuperarlo. La criatura necesitaba volver a su statu quo. 

Esta visión del Gollum nos aporta una lección muy interesante que me hace reflexionar sobre aquello que cada uno de nosotros consideramos como nuestro mayor “tesoro”. ¿Qué era aquello que tuvimos y de repente perdimos?, ¿cuál es el Anillo que anhelamos recuperar?

Es evidente que cada uno tendrá una respuesta, aunque la gran mayoría coincidiremos en que nuestro mayor tesoro es y será siempre la Salud, entendida como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades[1]”. Un tesoro que ha sido amenazado e incluso robado por esta pandemia y que todos anhelamos recuperar y volver al statu quo.

Salud y Seguridad tras la pandemia

Esta pandemia nos ha enseñado muchísimo sobre Salud y sobre Seguridad. Ahora tenemos muchas evidencias sobre lo que el ser humano está dispuesto a hacer por no empeorar su estado de Salud o sus niveles de Seguridad. Nadie quiere perder aquello que posee y que le hace sentir bien. Esto lo hemos visto alrededor del mundo de muchas formas.

Hace muchos años, en 1974, se planteó en una Universidad norteamericana un experimento muy interesante en el que se preguntaba a un grupo de personas sobre dos situaciones. La primera fue: “supongamos que estás expuesto a una enfermedad que tiene una probabilidad del 0,001% de morir en una semana de una forma rápida y sin dolor, ¿cuánto dinero estarías dispuesto a pagar por la cura?”. Posteriormente, se les planteaba la siguiente situación: “sabes que hay unos científicos que están buscando la cura para esa enfermedad, pero necesitan voluntarios, ¿cuál es la compensación económica mínima que pedirías para participar en las pruebas?”

Si te plantearan ahora mismo estas dos situaciones ¿qué responderías?

La media de los resultados obtenidos fueron los siguientes: a la primera pregunta 200$ y a la segunda 10.000$ (del año 1974).

Detrás de este experimento estaba un joven doctorando llamado Richard H. Thaler, cuyo experimento fue utilizado para elaborar su tesis doctoral y que se convirtió en el embrión de toda una carrera académica y científica que le llevaría a un desarrollo teórico innovador reconocido años más tarde con el premio Nobel en Economía 2017. ¿Qué conclusiones obtuvo Thaler de este estudio? Los resultados a ambos planteamientos explicaban que la disponibilidad a vender es mucho más baja que la disponibilidad a comprar y esto significa que hay que compensar al individuo con valores muchos más altos por un bien que ya tiene como es su salud (que podría llegar a perder si contrae la enfermedad) que lo que el individuo está dispuesto a pagar para comprar salud (si el individuo no está enfermo). Esta teoría es lo que Thaler denomina “efecto dotación” y está centrada especialmente en relación con bienes que no son regularmente objeto de comercio como puede ser la Salud y la Seguridad, entre otros.

Thaler nos muestra que mucha gente tiende a valorar más lo que posee y le asigna un precio mayor que si no lo tuviese en propiedad, es decir, no valoramos lo mismo una cosa cuando la tenemos que cuando no la tenemos. Y esto es muy importante, ya que aporta diferentes puntos de vista al valor que le damos a las cosas en función de si lo tenemos o no y además nos enseña la aversión que tenemos a perder algo. Es simplemente la lección del Gollum y su tesoro. Thaler nos dice que perder aquello que ya teníamos nos hace sufrir más del doble que ganar en la misma cantidad, o lo que es lo mismo: valoramos más las pérdidas que las ganancias.

Estas lecciones nos llevan a decir que es muy importante seguir haciendo pedagogía social sobre la importancia y el valor que tiene la Seguridad y la Salud en la sociedad, no solo en el ámbito del trabajo, ya que sabemos que aquellas personas que quieren mantener su “tesoro”, su bien más preciado, se dejan llevar por una cierta inercia en su comportamiento porque aquello que tienen y les va bien no quieren dejarlo. Nadie, en condiciones normales, que tenga unos adecuados niveles de Seguridad y Salud en su vida pretende que estos cambien y empeoren.

Todo esto me lleva a concluir este artículo con una frase popular que me recordaban mis mayores y que decía: “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”. Reflexiona: ¿Qué pagarías por tu seguridad? ¿Qué precio tiene tu salud?


 

 

Iván Ciudad-Valls
  Prevencionista y profesor, Universitat Oberta de Catalunya

 

 

 

 

[1] La cita procede del Preámbulo de la Constitución de la Organización Mundial de la Salud, que fue adoptada por la Conferencia Sanitaria Internacional, celebrada en Nueva York del 19 de junio al 22 de julio de 1946, firmada el 22 de julio de 1946 por los representantes de 61 Estados (Official Records of the World Health Organization, Nº 2, p. 100), y entró en vigor el 7 de abril de 1948. La definición no ha sido modificada desde 1948.

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